CONCLUSIONES
1. La grasa total no debe
proporcionar más del 35% de la energía total diaria. En niños menores de 4 años
podrá ser de hasta el 40%.
2. Los ácidos grasos insaturados
deben ser la fuente principal de energía aportada por la grasa. Los AGS deben ser
inferiores al 10% de las calorías diarias y el colesterol inferior a 300mg,
reduciendo al máximo la presencia de ácidos grasos trans.
3. En España se utilizará
preferentemente el aceite de oliva en todas sus variedades y posibilidades
culinarias. Otras fuentes de grasas insaturadas podrán ser aceites de semillas
y sus derivados, como las actuales margarinas con menos del 1% de ácidos grasos
trans.
4. Para mejorar el perfil graso de
nuestra dieta hay que garantizar un aporte adecuado de pescado (al menos, dos
veces por semana) y elegir carnes magras. En niños y mujeres embarazadas se
procurará alcanzar las tres o cuatro veces semanales, evitando aquellos
pescados que contengan concentraciones elevadas de mercurio (atún grande,pez espada, tiburón, etc.).
5. Asimismo, se recomienda el consumo
de leches desnatadas y sus derivados. Esta recomendación se extiende a la
población infanto-juvenil con exceso de peso o dislipemias. La leche de vaca
entera sin modificar no debe formar parte de la diversificación alimentaria
antes de los 12 meses; hay leche de vaca fermentada modificada adecuada para
lactantes a partir de los 8-9 meses80.
En neonatos que no puedan recibir
lactancia materna es recomendable utilizar fórmulas enriquecidas con ácidos
grasos poliinsaturados de cadena larga.
6. Las preparaciones culinarias deben
ser sencillas (hervido, plancha, vapor, etc.).
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